Categorías: Cecrea Temuco, Escuchas Creativas
El corazón de Cecrea está en su sistema de participación permanente, pues buscamos que el programa se desarrolle a partir de las visiones, inquietudes e intereses de sus protagonistas. Su metodología principal es la Escucha Creativa, encuentro de niños, niñas y jóvenes (NNJ) que busca promover su participación activa, a través de estrategias de consulta lúdicas y creativas que posibilitan una constante retroalimentación de información para la toma de decisiones en cada Cecrea. Las Escuchas ponen de manifiesto el derecho de NNJ a participar y ser escuchados.
Cada Escucha dura tres horas. Para su realización se reúne a un equipo de tres adultos facilitadores, quienes guían las actividades, y hacen las preguntas para levantar la información que requiere el proceso. Además, participan tres observadores, encargados de registrar lo dicho y expresado por los niños, niñas y jóvenes para luego sistematizarlo en un reporte de resultados.
La primera Escucha Creativa que realizamos en cada Cecrea este 2019 estuvo vinculada con la temática de la Semana de la Educación Artística (SEA): “Arte y naturaleza, conciencia en acción”.
Promover el pensamiento crítico y creativo sobre la experiencia de los niños, niñas y jóvenes como seres constitutivos y habitantes de la naturaleza, propiciando la problematización, toma de conciencia y acción social en torno al impacto de las acciones humanas en el medio ambiente.
La Escucha se realizó el sábado 27 de abril de 2019 en la sede de Cecrea Temuco. Participaron 22 niños, niñas y jóvenes (NNJ) de entre 7 y 19 años, de los cuales 9 eran hombres y 13 mujeres.
Cada Escucha Creativa tiene tres fases metodológicas: recepción – maestranza/taller – consejo. No obstante, es una estructura flexible, que cada región adapta a su realidad, donde lo fundamental es resguardar los derechos de niños, niñas y jóvenes, entre ellos: ser escuchados, expresarse libremente, participar de las decisiones que les afectan, jugar, y ser informados.
Para conocer en detalle la metodología diseñada para la primera Escucha Creativa de Cecrea en cada región, puedes descargar la planificación aquí.
Primer momento: Recepción
Recibimos a los niños, niñas y jóvenes (NNJ) en el hall del Cecrea Temuco, con elementos que invitaban a conectarse con la naturaleza: piñones, castañas, hojas secas, hierbas aromáticas, agua en cuencos, carbón, música ambiental, pequeñas araucarias, entre otras cosas. Los NNJ observaron con curiosidad y reconocieron varios de los objetos ahí presentes, interactuando con confianza. Luego, y para dar el inicio oficial a la Escucha, los/as facilitadores tocaron instrumentos musicales (trutruka y bombo), captando la atención inmediata de los y las participantes.
Posteriormente, y para hacer la división por grupos, los/as invitamos a que escogieran un distintivo relacionado con algún elemento de la naturaleza: aire, agua o fuego. En el mismo espacio había dos pizarras, una con la pregunta «¿Cómo me siento hoy?» y la otra, con la pregunta central de la Escucha que acompañó toda la jornada: “¿Qué hemos hecho los seres humanos por la naturaleza?». En el caso de la primera, no se utilizó un dispositivo que tuviera relación con la naturaleza, como se sugería en la metodología; y en el caso de la segunda, se decidió reemplazar la preposición con a cambio de por, para promover una reflexión desde la vinculación positiva con la naturaleza, probablemente influido por la relación que tiene Cecrea Temuco con su territorio, y en consecuencia, con los pueblos originarios y su vinculación estrecha con la naturaleza.
En relación a la primera pregunta, quienes mostraron mayor interés en participar fueron niñas y niños, a diferencia de adolescentes y jóvenes. En general, las apreciaciones fueron positivas, más de alguno o alguna demostró tener sueño, pero había disposición, interés y expectativa en torno a la actividad que se realizaría.
“Me siento calmada”
“Tranquila”
“Me siento como agua”
«Estoy emocionada”
“Bien, muy bien”
«Con altas expectativas”
“Ansiosa”
“Alegre”
“Me siento más o menos”
Luego, se realizó un círculo de bienvenida donde se explicaron los objetivos de la jornada y el sentido de la Escucha. Además, fue el momento para hacer las primeras dinámicas de activación y desbloqueo que ayudarían a conectarse con la actividad. La mayoría de los y las participantes mostraron entusiasmo, mientras que algunos y algunas tuvieron que ser motivados/as por el equipo.
Segundo momento: Maestranzas
Los participantes se dividieron según el elemento escogido al inicio (agua, aire, fuego) en grupos intergeneracionales, y comenzaron su proceso de maestranzas. Lo primero fue reflexionar y conectarse con el elemento que los distinguía como grupo, y luego los/as invitamos a construir un umbral, espacio sensorial o instalación ligada al elemento. En la etapa de co-diseño se definió que este umbral sería colectivo; por lo tanto, los trabajos de cada grupo se juntaron al finalizar el proceso.
Grupo Agua. La sala agua estaba ambientada en relación a su elemento: había tranquilidad, luces azules, sonido de ballenas y fondo del mar, con la idea de dar pie a un ejercicio de relajación e imaginación (meditación), que activó la conexión con los propios intereses de los NNJ. Pese a que no todos se aquietaron, ni todos quisieron compartir lo que sintieron o vieron en el ejercicio, varias niñas comentaron haber visto sirenas, y la maestranza tomó curso hacia la importancia vital del agua y la vida en el fondo del mar. Los NNJ reflexionaron y reconocieron la relevancia del agua y también su escasez, demostrando su preocupación en relación al tema.
“Se cree que el agua es un recurso que siempre se va a renovar y tal vez por eso no la cuidan”
«Si ocupamos mucha agua se va a gastar toda”
«Y no vamos a tener agua y nos vamos a morir”
De igual manera los NNJ conversaron sobre la relevancia que tiene el cultivo en la región: trigo, plantaciones de pino y eucaliptus para leña, y el uso de las hierbas medicinales en sus hogares: ruda, menta, melisa, toronjil, palo negro, orégano, canela, percibiéndose una cercanía y conocimiento con respecto a su entorno. Someramente se conversó sobre el derecho humano al agua. Asimismo, los participantes se reconocieron como parte de la naturaleza, con frases tales como: “la naturaleza entrega todo lo fundamental para la vida”.
Dentro de las acciones que realiza el ser humano a favor de la naturaleza podemos destacar algunas reflexiones:
“Hacemos campañas para limpiar los océanos”
“Se hacen cosas, pero son las mínimas por la naturaleza”
“Cuidar el agua en la casa al lavarse los dientes”
Considerando la reflexión sostenida los y las participantes comenzaron su proceso de construcción de umbral, representando la fauna marina: peces, cangrejos, sirenas, tortugas, tiburones, pulpos, algas, estrellas de mar, caballitos de mar, etc., y quisieron colgarlos. Utilizaron para la construcción del umbral: cochayuyos, arena, pinturas de color azul, tendederos con guirnaldas azules y dibujos de animales acuáticos.
Grupo Aire. Para ambientar la sala y que los participantes entraran en contacto con el elemento, utilizamos ventiladores con cintas a su alrededor y sonidos de viento. En un inicio el foco de la reflexión se centró en los recuerdos, en relación a las preguntas «¿Qué es la naturaleza y qué podemos hacer por ella?» a lo que respondieron:
«Ríos, bosques”
“Donde vivimos”
«Los animales”
“Somos parte de ella (la naturaleza), sin ella no podemos vivir»
“Es como el aire del campo es más abierto…es puro”
“Nos sentimos mejor”
“Con el de la ciudad (aire) te puedes enfermar”
“Antes había árboles y ahora nada…me da pena.”
En este grupo se dio una reflexión sobre qué es la naturaleza, y aunque había participantes que identificaban al ser humano como parte de ella, la gran mayoría la ve como algo externo, más vinculado al campo, a un espacio prístino que no tiene relación con su ciudad contaminada.
Por otro lado, a raíz de la conversación sobre el daño a la naturaleza, los y las participantes lograron identificar rápidamente aquellos factores vinculados a la calidad del aire en su ciudad:
“El aire en la ciudad está contaminado”
“Vivir en Temuco… (significa) frío, más enfermedades, más humo”
“Mis pulmones están llenos de ese humo”
“Si todo esto no estuviese contaminado, la gente no se enfermaría…sería todo más lindo”
También hicieron un enlace entre ausencia de enfermedad con hábitos saludables: «abrigarnos, alimentarnos sanamente y lavarnos las manos con jabón», serían algunas estrategias para no enfermarse.
Cuando se abordó la pregunta «¿Qué podemos hacer por la naturaleza?», sus comentarios se centraron en:
“Reciclar»
«Recoger la basura”
«Cuidar plantas»
«No contaminar ríos, no contaminar la tierra»
«Cuidar el medio ambiente y no matar animales»
En general los NNJ tendieron a responder con frases aprendidas desde la escuela o espacios de aprendizajes, pero no se percibió un sentido de responsabilidad o compromiso con lo dicho.
Luego, cuando se les invitó a la construcción ligada al elemento que representaba al grupo, decidieron crear un «atrapa basura», guiados por los facilitadores, que consistió en tender trazos de lana, adornados con plumas y con mensajes sobre qué hacer por la naturaleza: «Reciclar, no contaminar, cuidar».
Grupo Fuego. Carbón, encendedores, pellets, ramas de árboles, papeles, una figura con forma de extintor, hojas secas, velas encendidas y otros elementos que simbolizaban o se relacionaban al fuego, fueron algunos de los elementos que se podían encontrar en la sala, además de un sonido ambiental emitido por un parlante que simulaba fuego. Para iniciar el diálogo les preguntamos a los y las participantes si conocían los artículos presentados y de qué forma los relacionaban. Algunas respuestas fueron:
“Incendios forestales”
“Asados”
“Irresponsabilidad del ser humano”
“Contaminación”
“Acción de la naturaleza, porque estas hojas están secas, no quemadas”
Frente a este último tema, la facilitadora preguntó qué relación podría tener una hoja de árbol seca con el fuego. Los más grandes lograron hacer la asociación de que contribuyen a la combustión: “si todas estas hojas están secas y hay un incendio, eso hace que prenda más rápido el fuego y se expanda”.
En general expresaron una visión más bien negativa sobre el fuego, relacionada a los incendios forestales. El facilitador intentó relevar el aporte del fuego, por ejemplo, para cocinar o para calefaccionar, pero no les hizo mayor sentido esta asociación. En su mayoría sus respuestas estaban vinculadas con la acción negativa del ser humano:
“Los humanos no apagan los cigarros”
“Cuando salen de camping no apagan las fogatas”
“Siempre dejan todo sucio”
“Hay algunos que no solo recogen las ramas botadas sino que también le sacan ganchos a los árboles para echarle al fuego”
A partir de estas percepciones las y los facilitadores invitaron a los integrantes del grupo a plasmar (en papeles reutilizados y con lápices u otros elementos que tuvieron a la mano), qué acciones realiza el ser humano por la naturaleza. Los mensajes que ellos manifestaron fueron claros:
“No botar basura”
“El ser humano es el que contamina”
“Se nos acaba el tiempo”
En general los NNJ no profundizaron sus opiniones. Cabe destacar que se les invitó a reflexionar de manera positiva con respecto al elemento fuego, como su utilidad para los seres humanos/as: cocinar, calefaccionar. Sin embargo, los y las participantes fueron más bien críticos en sus respuestas sin poder ahondar en los beneficios del elemento escogido.
Continuando el diálogo respecto de la situación actual de la naturaleza se escucharon frases como:
“Da pena”
“Mucha contaminación”
“Muchas especies se están extinguiendo”
“Hay demasiada basura”
Llama la atención que uno de los participantes al momento de ser consultado sobre que haría él por la naturaleza, dijo: “eliminar al ser humano, no se me ocurre otra cosa, porque el tiempo se está acabando para muchas especies y el ser humano es el que más daño causa en el planeta, los mataría a todos”.
Frente a esta respuesta los facilitadores le plantearon una vía en la que matar no era una opción, que tratara de buscar otra solución y dijo: “si supiera que la campañas de reciclaje sirven al 100% y que todos las realizan al mismo tiempo, creo que eso ayudaría bastante, pero no es así, así que sigo pensando que esa es la solución”.
Frente a esto, otra participante rebatió: “no puedes echarlos a todos al mismo saco, hay mucha gente que día a día lucha por el planeta y dan su vida por él, están haciendo algo”.
A partir de todas estas reflexiones los participantes del grupo fuego decidieron elaborar su umbral simulando un incendio forestal y fogatas que representaba el daño a la naturaleza. Representaron con guirnaldas de colores amarillo, naranjo y rojo el fuego, y en el centro recrearon un árbol.
Tercer momento: el Consejo
Una vez finalizadas las maestranzas se instalaron los umbrales en el pasillo para que se transformaran en un solo gran umbral. Invitamos a todos los y las participantes a recorrer y observar lo que cada grupo construyó. Una vez que transitaron por los tres elementos, los participantes se integraron nuevamente alrededor de un círculo, como en la bienvenida. “Estuvo bueno, increíble”, dijo un participante. No hubo mayor reflexión, cuando se les preguntó qué les había parecido la experiencia, simplemente respondieron al unísono: «¡Bieeeeeen!»
Luego, vieron un video llamado «Contaminación del mundo animado» donde se impresionaron y les llamó la atención las imágenes agresivas que daban cuenta de dónde provenían algunos de los objetos que utilizamos a diario, como los zapatos de cuero, los abrigos piel, el alimento. Se rieron de forma nerviosa, gritaron “¡Nooo!” al ver el maltrato hacia un animal. Sus impresiones sobre el video fueron:
“Raro”
“Traumático”
“El video me traumó”
Asimismo, acordaron que el video no está lejos de la realidad:
“Se hacen zapatos de piel de serpiente”
“Les cortan la cabeza y se hacen cuadros”
“Se hacen alfombras, chalecos y zapatos de cuero”.
Si bien la idea del video era concientizar en torno a las temáticas medios ambientales para movilizar a la acción, este no logró su objetivo, pues la agresividad de las imágenes hizo que se perdiera el foco.
Para finalizar, se cerró la Escucha en círculo, con una dinámica con las manos tomadas y brazos cruzados, en la que se integraron los apoderados y apoderadas presentes. Allí, los y las participantes expresaron sus compromisos:
«Cuidar plantas»
«Cuidar árboles con frutas»
«No contaminar ríos»
«No contaminar la tierra»
«Ayudar a mi papá en el compost»
«Retomar mi brigada ecológica»
Luego, les entregamos sobres con semillas que reconocieron en su mayoría, con la intención de motivar sus compromisos y cuidado por la naturaleza y se terminó con la toma de una fotografía grupal.
1.- Las relaciones observadas mantuvieron siempre el respeto por el otro, por su espacio y sus necesidades, tanto desde los y las facilitadoras hacia los y las participantes y viceversa, como también entre los mismos participantes. Los NNJ se fueron contentos, tal vez algo agotados, pues fue una jornada intensa, pero sin duda fue una experiencia muy enriquecedora.
2.- Pese a que la Escucha en Cecrea Temuco buscaba reflexionar desde una vinculación más positiva entre los seres humanos y la naturaleza, los y las participantes identificaron problemáticas de su territorio: calidad del aire, el exceso de humo provocado por las chimeneas, la explotación de los terrenos en la producción de leña, los incendios forestales, las plantaciones de pino y eucaliptus, y los problemas de sequía. Asimismo, no hubo ninguna mención a la relación ancestral entre los pueblos originarios y la naturaleza, y los conflictos que se han generado a partir de la propiedad de la tierra.
3.- Solamente una participante mencionó que en su colegio estaban desarrollando un proyecto para el cuidado del medio ambiente y se señaló otra actividad realizada en Cecrea. No obstante, había poco conocimiento sobre acciones por la naturaleza y se percibió poco interés de los y las participantes por ser parte de iniciativas concretas por el medio ambiente. En ese sentido, resulta un desafío para Cecrea motivar a la acción y poner en práctica, junto con los NNJ, algunas de las acciones mencionadas (como reciclar, reutilizar o no contaminar) para que tomen sentido y no sean sólo discursos aprendidos. Considerar las problemáticas identificadas y mapearlas en el territorio con los y las participantes puede ser un primer paso para luego pensar en acciones.
3.- La utilización de materiales naturales dentro de la maestranza constituyó una práctica coherente, junto con la reutilización de páginas impresas. Paralelamente, en el momento de la colación solicitaron separar la basura orgánica (manzana) para la compostera que tiene el Cecrea, lo que demuestra un aprendizaje y conciencia sobre el tema.
4.- Si bien al principio los materiales permitían realizar más que todo objetos en dos dimensiones, los participantes no utilizaron únicamente las paredes, y ocuparon el espacio, estimulando la observación en todo el espacio.
A partir de la información que surgió en la Escucha Creativa y luego de realizar la devolución de esta con los niños, niñas y jóvenes que participaron, nos proponemos los siguientes desafíos: