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Feria de las Ciencias de Cecrea Castro cierra con éxito su primera versión

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Hoy terminó la primera Feria de las Artes, las Ciencias y las Tecnologías de Castro. Fueron dos intensos días en que recibimos a más de doscientos estudiantes de la ciudad en el gimnasio de la Escuela Inés Muñoz de García. Vivimos experiencias basadas en los laboratorios de Theo Jansen desarrollados por Cecrea, jugamos con robots, hicimos stencil, tocamos música con frutas y nos introdujimos en los proyectos de ciencias y tecnologías de diferentes escuelas de la región.

Un ejemplo de lo anterior es el proyecto Frutas musicales que presentaron cinco estudiantes del taller de robótica del Colegio San Juan de Ancud. Tres naranjas, dos manzanas y una pera conectadas a un protovolt y a un arduino que envían una señal al software libre Scratch –que tiene por objetivo ser un aporte para la educación-, el que a su vez resignifica los estímulos y los convierte en notas musicales que simulan el sonido de un amplio catálogo de instrumentos.

“El sonido se produce porque nosotros provocamos una baja tensión, lo que significa que estamos quitando electricidad al circuito”, comentó Matías, uno de los estudiantes más pequeños de su grupo, pues el taller se divide en dos módulos y completa un total de 37 inscritos. “Es un proyecto que se nos ocurrió a todos y nos demoramos como tres sesiones en tenerlo listo… es que aprendimos rápido”, dijo.

Otros proyectos científicos

 

Con mucha menor convocatoria pero con un inagotable interés por la ciencia, Sebastián Gallardo y Agustín Monsalve son dos de los tres estudiantes que componen el Taller de Robótica del Colegio Quellón. Durante la feria organizada por el programa del Ministerio e las Culturas, las Artes y el Patrimonio, los compañeros presentaron el prototipo de su chaleco salvavidas inteligente, que busca disminuir la tasa de accidentes marítimos en Quellón gracias a una sencilla instalación de placas de cobre, un alduino, un GPS y una luz, todo conectado a un computador capaz de emitir una señal de SOS.

Sebastián Gallardo y Agustín Monsalve

En paralelo, Sebastián y Agustín trabajan en su proyecto estrella, la Sonda de bajo costo para para el monitoreo de agua en lagos glaciares subantárticos y antárticos: “Queremos investigar un lago que tiene muy pocos datos y nuestro objetivo es llegar lo más abajo posible. Según el profesor son alrededor de 800 metros de profundidad. Además, nuestra sonda tiene dos sensores, uno de temperatura y otro de salinidad, y podemos agregar otros para medir PH u oxígeno”, comentó Agustín.

El innovador proyecto está construido con un extintor de incendios vacío que, en su interior, cuenta con un circuito  y todas las medidas de seguridad necesarias para que la presión del agua no lo afecte. “Tiene un peso muerto para que pueda bajar solo, pero nuestro problema actual es que no sabemos cómo hacer para que salga a la superficie de manera autónoma”, dijo Sebastián. Los estudiantes viajarán hasta la Antártida para desarrollar la sonda y lo harán con Luis López, Antonia Gallardo y el docente Luis López, del Liceo Altos del Mackay, de Coyhaique luego de haberse aliado para participar en la XV Feria Antártica Escolar, organizada por el Instituto Antártico Chileno.

Ricardo Torres es claro sobre el proyecto que presenta junto a sus compañeras Beatriz Stange y Josefa Hernández, los tres del Colegio Cahuala de Llaullao: “El fin es aportar a la medicina”. El proyecto se llama 1.000 Genomas. Secuenciación genoma chanchito de tierra y en él participan otros establecimientos del país que fueron beneficiados por el concurso de la Universidad de Chile. Beatriz comenta: “fuimos de los colegios que reunieron mayor cantidad de información, con más de cien genes”.

Josefa Hernández, Beatriz Stange, Ricardo Torres

1.000 genomas tiene el objetivo de juntar mil genomas de distintos animales e insectos presentes a lo largo de todo el territorio nacional para estudiar su ADN. “Eligieron el chanchito de tierra porque no había sido estudiado, así que después de todo este proyecto se va a conocer de qué está compuesto”, nos contó Beatriz. Se espera que durante 2019 estén listos los resultados finales y gracias al apoyo de estudiantes de tercero y cuarto medio, podamos contar con mucha mayor información genética del crustáceo terrestre más llamativo de su especie.

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