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El instrumento fluvial fue el resultado de la Residencia de Apropiación “Sintonía del río”, donde participaron 50 estudiantes de los colegios San Luis de Alba, Fedor Dostoievski, Master College, Laico y Liceo Armando Robles, junto a dos artistas mexicanas.
La ex estación de trenes de Valdivia, donde prontamente iniciará su construcción Cecrea Los Ríos, fue el lugar escogido para presentar el resultado de la Residencia de Apropiación “Sintonía del río: instrumento fluvial”, experiencia que congregó durante tres semanas a NNJ de Valdivia y dos investigadoras mexicanas.
El resultado fue la construcción de instrumento compuesto por 15 cultrunes de diverso tamaño, los que, gracias a dispositivos eléctricos previamente programados y activados por la acción del agua, permiten la emisión de sonidos de diversa intensidad y ritmo. Su funcionamiento se basó en la biorresonancia y su secuencia sonora se inspiró en la cosmovisión instrumental mapuche.
Amapola Rodríguez, estudiante del colegio Aliwen, participó del laboratorio, cuyas sesiones se realizaron en la Biblioteca Municipal. Sobre su experiencia señaló que “fue muy divertido porque hubo actividades como cuando nos enseñaron a hacer canciones o nos mostraron cómo preparaban el motor y cuando tuvimos que hacer los diseños del instrumento. Eso me gustó mucho”.
Ian Möller, de siete años, también lo pasó muy bien en el laboratorio. “Estuvimos haciendo unos dibujos para hacer una cosita con unos motores y luego le dimos las órdenes a los motores para que tocaran los cultrunes, que son tambores mapuches. Lo que más me gustó fue usar los motores para que toquen los cultrunes”, dijo. Sobre actividades como las que realiza Cecrea, señaló que son entretenidas si incluyen más tecnología.
“Que los chicos, que están llenos de creatividad, ideas y pensamientos, puedan venir y trabajar con eso, los integra más”, dijo Isidora Hidalgo, quien junto a su compañero Nicolás Hurtado, del tercero medio del colegio San Luis de Alba, compartió su experiencia durante la ceremonia de cierre del laboratorio. “La estación de trenes es icónica de Valdivia y se va recuperando a medida que no se pierda la cultura. Este laboratorio combinó el arte, la música y los recursos que tiene Valdivia, ocupó lo que la gente muchas veces deja de lado”, dijo por su parte Nicolás, quien aprovechó de hacer un llamado a la ciudadanía a “conocer estos proyectos y aprovechar estas oportunidades”.
La evaluación de las artistas e investigadoras mexicanas del colectivo Interspecifics, a cargo de guiar el laboratorio, Paloma López y Leslie García, fue resumida así por esta última: “Fue muy interesante todo el proceso de laboratorio y trabajar con los chicos, pero sobre todo entender estas cosmovisiones del sur, que para nosotras como norteñas fue algo muy impresionante. Si bien las cosmovisiones indígenas de todo el mundo comparten elementos, encontramos que desde las ideas de los mapuches, la libertad y la fugacidad son muy importantes, entonces lo que hicimos fue buscar medios para poder alcanzar esa fugacidad desde algo tan controlado como una máquina”.
Sobre el programa Cecrea, Leslie agregó: “Pienso que es una iniciativa muy potente. Creo que es importante entender que el arte en sí mismo es una metodología y la ciencia y la tecnología también, entonces, si uno quiere conjugar esas cosas, hay que atender a cada una de ellas. No siempre se puede aplicar todo a todas, pero justamente el hacerlo multidisciplinario permite tener acceso a diferentes formas de acercarse a cómo compartir conocimiento”.
Sintonía del río fue uno de los cuatro laboratorios que se desarrollaron en el marco de residencias con artistas nacionales e internacionales en los Cecrea de Castro, La Ligua, Vallenar y Valdivia, centros que contarán con infraestructura propia.